
La Escuela Internacional de Cocina de la Cámara de Valladolid ha celebrado, por quinto año consecutivo, una de sus iniciativas más solidarias: la entrega de 50 Roscones de Reyes solidarios a Cruz Roja, que serán distribuidos entre personas sin hogar para que también puedan disfrutar de este tradicional dulce navideño.
Un compromiso con la solidaridad y la gastronomía
La elaboración de estos roscones ha estado a cargo de los expertos docentes en pastelería de la Escuela Internacional de Cocina, quienes han trabajado con esmero y dedicación para crear un producto de alta calidad con un gran significado social. Además, esta acción ha sido posible gracias al respaldo de importantes empresas colaboradoras: ACOR, que ha donado azúcar, Harinas Emilio Esteban, que ha aportado harina, y otras firmas como Leche Gaza, The 42 Degrees Company, Europe Snacks y Real Valladolid, que han contribuido con ingredientes esenciales para la preparación.
Un evento con apoyo institucional
En la entrega de los roscones, Víctor Caramanzana, presidente de la Cámara de Valladolid, destacó la importancia de esta iniciativa:
“Con esta acción solidaria queremos compartir la magia de la Navidad con quienes más lo necesitan, contribuyendo a que su Día de Reyes sea un poco más especial.”
Asimismo, puso en valor la labor de Cruz Roja, una organización que trabaja incansablemente durante todo el año en la asistencia a familias y personas en situación de vulnerabilidad.
Al acto también asistieron Rosa Urbón, presidenta de Cruz Roja en Castilla y León, y Juan José Zancada, presidente de Cruz Roja en Valladolid, quienes agradecieron a la Cámara de Comercio, a la Escuela Internacional de Cocina y a las empresas colaboradoras su implicación en esta noble causa.
Un dulce gesto con impacto social
Los 50 roscones solidarios serán repartidos a través del programa de Atención Integral a Personas sin Hogar de Cruz Roja en Valladolid, que se encarga de ofrecer apoyo y seguimiento a quienes se encuentran en situación de calle durante todo el año.
Con esta acción, la Escuela Internacional de Cocina de Valladolid reafirma su compromiso con la sociedad, demostrando que la gastronomía no solo es arte y tradición, sino también una poderosa herramienta de solidaridad.